Existen muchas formas de ser latino y por consiguiente muchas estéticas que giran alrededor de esta cultura. ¿Por qué se dice que los latinos y varias de sus narrativas visuales están de moda en el mundo?
Hace poco vimos a Maluma diseñando una colección para la Casa francesa Balmain; artistas como Kali Uchis y Karol G son la sensación en el mercado anglo y latino, no solo por su música sino también por su peculiar estética que mezcla elementos de muchas subculturas y de varias épocas. El músico Bad Bunny, por su parte, se ha convertido en un verdadero desafío para la moda masculina al experimentar con una gran cantidad de estilos, y ni hablar de JBalvin que se pasea por las alfombras rojas y los escenarios del mundo con looks disruptivos y traídos de los diferentes momentos que han marcado su historia personal y musical.
Por otra parte, el diseñador colombiano Esteban Cortázar fue el escogido por la marca española Desigual para hacer su más reciente colaboración y varios de los creadores latinos, muchos de ellos colombianos, se adueñan del famoso estilo Caribean Chic que prácticamente se ha convertido en un sello nuestro, para difundirlo en el mundo como una interesante mezcla de sensualidad y elegancia. Las marcas de lujo buscan a las celebridades latinas para que sean sus influenciadores y esta cultura se ha convertido en referente de algunos estilos que mucha gente quiere imitar.
¿Lo Latino está de moda? Es la pregunta que nos hacemos en este blog tratando de entender un poco el fenómeno que se está viendo en este momento en el mundo no solo con las diferentes estéticas de estos artistas y diseñadores, sino con la forma cómo el público y los clientes provenientes de otras culturas se interesan por esta diversidad de mensajes que se leen en las narrativas latinas.
¿Es nuestra forma de ver el mundo, nuestra cultura, nuestra alegría, nuestra estética, lo que gusta? ¿Nos ven como material exótico con elementos importantes que nutren sus deseos más profundos para empaparse de esa sensualidad, esa alegría y ese ritmo que nos corre por las venas? No vamos a contestar estas preguntas en este espacio porque habría que hacer un análisis sociológico profundo, pero sí podemos dar algunas pistas interesantes de lo que está pasando con “lo latino”.
No es un uniforme
Definitivamente hablar de una estética latina única es algo que se sale de cualquier proporción y que no tiene ningún sentido. A diferencias de algunos uniformes que se pueden identificar perfectamente en moda, decir que hay una solo forma de verse latino es un absurdo. Existen tantos estilos, como subculturas hay y agruparlos en uno solo es imposible.
Se ha querido identificar al mundo latino como lo tropical, lo caribeño (tal vez porque el Mar Caribe es algo común a un importante número de países de Latinoamérica) y de ahí también se puede hablar de algunas cosas que unen a los latinos, como ciertos ritmos musicales, algunos ingredientes en la comida y algunos estilos de vestir que, para muchos, imprimen un toque sensual a nuestras culturas.
No vamos a entrar a analizar este fenómeno al detalle, pero realmente la moda sensual, vista como un movimiento específico dentro de su historia, viene de una cultura latina como lo es la italiana y de la época de los años 80 donde la ropa empezó a ser un elemento clave para mostrarse y llevar un estilo sexy que mezclara esa sexualidad con lo glamoroso dando como resultado este fenómeno que cruza por ambos mundos. Así, que de alguna manera, si podemos hablar de la sensualidad latina sin que esto sea algo exclusivo del nuevo continente.
La inspiración latina
Entonces en vez de estar hablando de una estética única, es mejor que lo veamos como una inspiración en los diversos mundos y movimientos de moda que se pueden ver dentro de la gran cultura latina. Una artista como Kali Uchis, por ejemplo, se inspira intencionalmente en toda la narrativa de los barrios populares en Colombia donde el lenguaje pasa por la sensualidad, pero también por lo kistch, por lo recargado y por aquellas cosas propias de la estética popular que se pueden resaltar y hasta exagerar para darle una visión muy particular a sus atuendos.
El color a todo dar
Y sin duda, los latinos llevamos el gusto por el color en la sangre y eso es innegable en la mayoría de las estéticas que se ven. Con todas las influencias afro que tenemos, el tema del color es bien sensible al ser latino. Sin duda, la mezcla de muchos tonos, el uso de paletas cromáticas muy fuertes y la forma de llevarlo son características que los movimientos latinos de moda tienen como banderas porque es parte de su forma de asumir la vida.
Para nadie es un secreto que el ser latino, en muchas de sus representaciones, habla de música alegre, de baile, de ritmo, de alegría y de pasión. Así mismo se expresan a través de su indumentaria y de esas mezclas que se logran a punta de una paleta de color muy particular y de siluetas que viajan por narrativas que para muchos podrían ser “exóticas”.
¿Y el tropical chic?
Este movimiento que se fue despertando desde Colombia con varios diseñadores que lo han usado como parte de una buena forma de “identificación latina” está inspirado en los paisajes, los colores, la fauna y la flora de las diversas regiones tropicales. Lo irónico es que, aunque también le dicen Caribean chic, sus inspiraciones no provienen únicamente de la región caribeña, sino que también viaja por el pacífico y por regiones selváticas, como el Amazonas.
La idea es resaltar todo ese sabor del trópico no solo con los colores y la riqueza natural que existe, sino también con unas siluetas sensuales que hablan de esa fama que tiene el latino de expresarse a través de su cuerpo. Eso sí, enmarcado con un toque muy glamoroso para no caer en algo “ordinario”, sino que se vea sofisticado y así desprenderse de una estética que en algunos casos ha estado satanizada por cierta pose vulgar.
Fotos: Fashion Snoop, Depositphotos y cortesía de las Casas de moda
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